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Diseño Interior: Proyectar Entre Fogones

En su propio estudio OTO, el destacado arquitecto Juan Manuel Fernández Mora ha creado su visión de una cocina ideal: un espacio que trasciende la simple función de cocinar. Este diseño equilibra materiales de alta calidad, geometrías sobrias y detalles artísticos, sirviendo no solo como un centro de inspiración para proyectos de decoración, sino también como un lugar para tertulias literarias y encuentros con artistas. La cocina, ubicada en un sótano con planta rectangular, se organiza alrededor de una isla central de 1,33 x 3,51 m. Esta isla, con una encimera de corian que se extiende para formar el fregadero, se complementa con una placa vitrocerámica y elementos funcionales como bolas de acero para utensilios calientes. Los muebles de ébano y electrodomésticos de acero mate aportan un toque de profesionalidad, mientras que el suelo de pino barnizado y los detalles artísticos añaden calidez y personalidad. Este espacio, diseñado para ser tanto funcional como estéticamente atractivo, invita a sentirse como en casa con su lema "self service" grabado en un rótulo retroiluminado. Las puertas correderas permiten una transición fluida entre la cocina y el office adyacente, destacando el perfecto equilibrio entre distintos materiales, una paleta de colores reducida y una gran sobriedad de líneas

DISEÑO INTERIOR.

 

PROYECTAR ENTRE FOGONES

En su propio estudio OTO Juan Manuel Fernandez Mora, creó lo que para el es una cocina ideal: un lugar pensado para mucho más que cocinar o calentar comida. Un perfecto equilibrio entre materiales, geometrías de líneas sobrias y detalles artísticos crea el marco de inspiración para sus proyectos de decoración, pero también para tertulias literarias, encuentros con artistas.

Esta cocina da servicio al estudio de decoración y sus propietarios, son también los responsables del proyecto. Situada en un sótano y con planta rectangular, gira alrededor de una isla central de 1,33 x 3,51 m con una encimera de corian que se prolonga en las patas y se pliega para formar el fregadero de un seno. Frente a él se encuentra la placa vitrocerámica de varios fuegos, flanqueada por dos conjuntos de bolas de acero para colocar los pucheros calientes. Bajo la encimera, contenedores de Doimo y lavavajillas forrados de aluminio ondulado, y sobre ella una campana extractora de acero. Como fondo de este cuarto, la pared en pintura plástica mate enmarca los muebles empotrados en madera de ébano con perfilería de aluminio, y electrodomésticos en acero mate. El ébano aporta un punto de calidez, pero su acabado oscuro parece insistir en cierto aire de cocina profesional. Varios elementos contrarrestan y domestican el proyecto. Por un lado, el suelo: en la cocina entra la tarima de madera de pino barnizado, pero bajo la isla, marcando su territorio un material más resistente en color marrón chocolate. Por otro, las obras de arte – cuadros de Mompo o Doris Kolch-. Y por ultimo un rótulo retroiluminado grabado con una fresadora para corian. Su lema self service, es la invitación a sentirse como en casa. Las puertas correderas con placa de fibra de vidrio y poliester con perfilería de madera de pino abren, o cierran, este espacio a un office, desde el que en se puede contemplar este perfecto equilibrio entre distintos materiales, una paleta de colores reducida y una gran sobriedad de lineas