Rehabilitación de Vivienda en Chamberí: Un Proyecto de Amplitud y Luz Natural
El estudio de arquitectura e interiorismo OTO ha transformado un piso en Chamberí, combinando elementos antiguos con materiales de última generación y piezas decorativas diversas. Destacado en la revista Interiores, el objetivo principal era aumentar la amplitud y luminosidad de la vivienda.
Para lograrlo, se eliminaron el recibidor y la mayoría de los pasillos, creando grandes áreas iluminadas por amplias ventanas. Durante la reforma, se descubrieron vigas de hierro con botonaduras, que se conservaron para aportar valor histórico y estético, integrándolas en un estilo industrial.
El suelo y la mayoría de las paredes se revestieron con Viroc gris, reflejando el pasado de la vivienda con un enfoque contemporáneo. Para potenciar la luminosidad y diferenciar los espacios, se utilizó un tono blanco roto en áreas como el comedor, contiguo al salón dominado por el Viroc.
Innovaciones como puertas camufladas integradas en las paredes y una puerta de cristal que separa el office del comedor, permitieron el paso de la luz natural. La reforma también incluyó un baño y un vestidor junto al dormitorio principal, diferenciados por colores de pared: Viroc gris en el baño y blanco roto en el vestidor.
La propietaria, amante del arte contemporáneo, decoró personalmente el piso, mezclando antigüedades, piezas de herencia familiar y adquisiciones de sus viajes, creando un estilo único y armonioso.
En este piso rehabilitado conviven en perfecta armonía elementos estructurales antiguos con materiales de última generación y piezas y esculturas de muy variada procedencia. Reforma vivienda en Chamberí . Una de las premisas que la propietaria de este piso del madrileño barrio de Chamberí planteó a los responsables del proyecto de reforma era su deseo de que la casa ganara en amplitud y luminosidad. Con este fin, se suprimió el recibidor, así como la mayoría de los pasillos existentes, y se crearon grandes espacios. concebidos para que se beneficiara al máximo la luz natural que entra por las generosas ventanas de la vivienda. Aunque en principio el objetivo de la propietaria y del ESTUDIO OTO que llevó a cabo la rehabilitación, era cambiar totalmente el aspecto de la casa, el hallazgo de algunos elementos de la estructura original hizo variar ligeramente sus planes. «Descubrimos unas vigas de hierro con botonaduras que, actualmente, son muy difíciles de encontrar. Decidimos mantenerlas porque le otorgan un valor añadido a la casa» explica Juan Manuel Fernandez Mora, Juanma de OTO, propietario del Estudio OTO, y responsable del proyecto. Las vigas, así como los radiadores, se conservaron y se integraron en la estética del aire industrial que se confirió al piso. Para revestir el suelo y la mayoría de las paredes se eligió Viroc gris, mezcla de conglomerado de madera y cemento. «Las viejas vigas de hierro y los radiadores son testimonio del pasado de esta vivienda reformada con materiales de vanguardia». Optar por este material para las paredes comportaba un riesgo porque no sabíamos con seguridad si el efecto iba a ser el deseado, comenta Juanma de oto. Para diferenciar visualmente los ambientes integrados en la misma estancia y a la vez potenciar la luminosidad, se decidió pintar las paredes en un delicado tono blanco roto. Un buen ejemplo de ello lo constituyen el salón, donde el protagonista es el Viroc, y el comedor contiguo, en el que predomina el color blanco roto. Una de las originalidades radica en otra de las soluciones escogidas para delimitar ambientes: las puertas camufladas, puertas ocultas. A simple vista, tienen el aspecto de una pared más , ya que se fabricaron con el mismo material que ellas, no tienen pomo, ni se ven las bisagras que permiten su apertura. Una de estas puertas es la que comunica el office con el comedor. El otro acceso a la cocina es una puerta de cristal, que forma parte de un muro elaborado con este material y que permite que la estancia se beneficie de la luz que entra por los ventanales del salón. Otra de las premisas marcadas por la dueña de la casa antes de la rehabilitación fue la de disponer un baño y un vestidor junto a su dormitorio. Juan Manuel decidió aprovechar el espacio existente e integrar en la misma estancia ambos ambientes, que se diferenciaron mediante el color de las paredes. La bañera y el lavamanos están elaborados en Viroc gris mientras que los módulos que conforman el vestidor se elaboraron en tono blanco roto, repitiendo la misma fórmula utilizada para separar comedor y salón. Amante de del arte contemporáneo, la propietaria se encargó personalmente de la deocración de la casa, que conjuga elementos que procedían de su vivienda anterior, antigüedades y piezas de herencia familiar, mobiliario adquirido en sus viajes, así como parte de su colección pictórica y escultórica. El resultado de esta combinación es un estilo muy personal en el que conviven en armonía piezas de lo más diverso: sillones de Bali, una talla religioiosa heredada o una escultura con forma de raíz de manglar. Los textiles aportan LA NOTA DE COLOR a este sobrio dormitorio con base en tonos neutros